Una leyenda del pop-rock español en Guitar Chat
En el episodio 49 de Guitar Chat, recibimos a Ramón Arroyo, guitarrista icónico de Los Secretos, una de las bandas más queridas del panorama musical español. Con más de tres décadas sobre los escenarios, su estilo limpio, elegante y cargado de buen gusto lo han convertido en una referencia para generaciones de guitarristas.
“Nunca hemos sido número uno, pero las canciones se han quedado.”
Una afirmación modesta que esconde un legado enorme.
El valor de las canciones por encima de todo
Ramón reflexiona sobre la longevidad de Los Secretos y cómo, sin grandes números uno en listas, han sabido mantenerse gracias a la fuerza de sus canciones.
“Al final, lo que vende entradas son las canciones.”
Esa conexión emocional con el público, construida a través de letras sinceras y melodías atemporales, ha hecho de la banda un pilar cultural más allá de modas.
De la música americana al pop español: un estilo propio
Antes de unirse a Los Secretos en 1986, Ramón tocaba en formaciones de bluegrass y folk en Madrid, absorbiendo influencias del country y la música de raíces americana.
“Los músicos americanos tienen un tempo natural increíble. Nadie lo marca, simplemente lo sienten.”
Esa musicalidad y sentido rítmico se reflejan en su característico sonido limpio, con clara influencia Nashville.
Equipos, tono y la eterna búsqueda del sonido
Arroyo detalla sus preferencias por las guitarras tipo Strat, pedales específicos y amplificadores clásicos. Aunque actualmente usa soluciones modernas como Kemper, sigue apostando por Fender Deluxe Reverb o Princeton para grabar.
“Nos morimos buscando el gran sonido… pero esa es la parte divertida.”
Su filosofía es clara: buscar un sonido definido, equilibrado y adaptado a cada situación, combinando tradición y tecnología.
Técnica al servicio de la emoción
Para Ramón, la improvisación ha sido clave en su aprendizaje y en su forma de tocar. Aunque respeta las líneas melódicas, siempre deja espacio para crear sobre la marcha.
“La mejor manera de encontrar cosas es buscarlas: improvisar te mantiene aprendiendo.”
Más que velocidad o virtuosismo, prioriza tocar con intención y sensibilidad.
Homenaje al diseño clásico (y al Vegatrem)
Durante la charla, también expresa su admiración por la obra de Leo Fender, destacando la ergonomía y claridad sonora de la Stratocaster. Y comparte su experiencia con el puente Vegatrem, que le permite usar vibrato incluso en acordes con una suavidad y estabilidad sorprendentes:
“Este trémolo te deja subir y bajar acordes con delicadeza, algo que pocos puentes permiten.”
Una opinión que confirma la versatilidad del Vegatrem como herramienta profesional para guitarristas que buscan expresión sin sacrificar afinación.
Conclusión: un guitarrista al servicio de la canción
Ramón Arroyo no es solo un gran músico, es un narrador con cuerdas. Su dedicación al tono limpio, al fraseo elegante y a poner siempre la canción por delante son los pilares de una carrera que sigue inspirando.
“Hablar de guitarras y de música es una pasión. Siempre puedes mejorar, y eso es lo que nos mantiene vivos.”